Algunas vez sentí en mi piel el cosquilleo de sueños que volaban como excitadas mariposas por el aire. Golondrinas trazaban infinitos rayos de luz en un cielo profundo y gris, llenaban de ilusiones mi ojos. La brisa entonaba Debussy a la orilla de un lago azul....
Pero hoy ya no estás, solo queda alguna golondrina para recordarme el ayer y la brisa que me trae alguna nueva melodía.
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