martes, 27 de noviembre de 2012

Algunas vez  sentí en mi piel el cosquilleo de sueños que volaban como excitadas mariposas por el aire. Golondrinas trazaban infinitos rayos de luz  en un cielo profundo y gris, llenaban de ilusiones mi ojos.  La brisa entonaba  Debussy  a la orilla de un lago azul....

Pero hoy ya no estás, solo queda alguna golondrina para recordarme el ayer y la brisa que me trae alguna nueva melodía. 

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