viernes, 12 de abril de 2013

 Miré fijamente esos ojos tratando de encontrar un poco de la luz que emanaba en un pasado no muy lejano, busqué un poco alegría o esperanzas que me alentaran a seguir pero no encontré nada... era posible que esa bruma lo ocultara de mi  o que la realidad hubiera destrozado su espíritu , tal vez la vida se encargó de quitar sus ganas  de vivir
Busqué impresa en esa mirada algún tipo de música pero solo me invadió un silencio sepulcral, un golpe de electricidad recorrió mi espalda. Todo había terminado, su alma era como la noche pero no de esas noches estrelladas y cálidas sino como una  tenebrosa en que cada esquina alberga un peligro. El cordero ahora era un serpiente, el ángel un demonio, la campiña un desierto.
Ya no le quedaba nada porque vivir y seguramente la cobardía que tienen las almas oscuras le impedía ponerle fin a esta a la cruel parodia en que se convertían sus días.
Cuando por fin me miró fijamente sentí como cautivaba mi ser y destruía mi alma. Solo quise morir pero seguí caminando.  

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