jueves, 22 de agosto de 2013

Ojalá no seas.

*
Quiero escapar, escapar de esas letras... Cuan poderosas pueden ser las letras que se transforman en una palabra.
UNA PALABRA que nos lastima, escapar, escapar de esa palabra... Viajar a lo más recóndito de la confusión. Rogar por
alguna droga que nos aleje de la verdad o de esa realidad del significado de esa palabra  pero no existen drogas
que nos alejen de las palabras las drogas nos acercan nos enfrentan. O acaso algún borracho logro olvidar? Esa palabra
no se olvida porque está y está presente siempre. Al dormir, al soñar, al reir, al llorar.

El dolor de una palabra no es tan inteso despues de todo, porque las palabras duelen por su significancia ...
Pero tambien una palabra puede dañar más y también ser tu única salvación cuando la palabra deja de ser una palabra
para transformarse en un nombre porque es una persona. Es un momento vivido, una ausencia una sonrisa,
lagrimas, putas emociones innegables e intangibles por lo tanto indestructibles.

Paupérrimas palabras que  me lastiman, puto nombre que me domina y quieres abarcar mi mente, mente débil que te quieres doblegar a lo que no existe.
No existente que quieres existir en mi. Dejarme ser, ser yo sin más palabras quiero ser egoismo, quiero ser un grito, quiero que me quite el sueño un pueblo o un ideal
pero no un nombre. No tu nombre, tu adorado nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario